Ese viejo Corazon mio

Los torbellinos del fin de semana dejan una mella que pretendo leve, carente de sentimentalismos de anteayer, cuando la ilusión golpeaba a mi puerta aunque lo hiciera con fecha de caducidad temprana. Más allá de esas pinceladas de melancolía diluida en este lunes de cenizas, el ave fénix despega de las mismas para señalar el camino de los sueños, y las posibles realidades: dolores concomitantes de esperanzas renacentistas. El pasado es una postal sepia, a pesar de penetrar en mis recuerdos con una gama de colores que insinúan un brillo que ya no es; solo cabe cerrar las maletas y despachar el equipaje de percepciones que debe abordar la formación del olvido. Próxima estación...


Eze I.

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